marzo 04, 2011

La Luz Zodiacal

La materia que compone la luz zodiacal (también llamado polvo zodiacal) está formada por materia micrometeoroidea. Dos son los orígenes que hoy en día se admiten como productores fundamentales del polvo zodiacal: la desintegración cometaria (principalmente con material proveniente de sus colas), y el fraccionamiento colisional de asteroides. La captura por parte del Sol de granos interestelares y la condensación de gas interplanetario podrían ser otros dos factores también a considerar para explicar la persistencia del fenómeno.

El polvo zodiacal esta formado por finos granos de polvo oscuro, mezcla de silicatos y compuestos orgánicos, con diámetros típicos de decenas de micrones. La masa total de estas partículas es solo de unos centenares de miles de millones de toneladas (la equivalente a la masa de un solo cometa de varios kilómetros de diámetro).

La Tierra, en su movimiento alrededor del Sol, captura diariamente unas 1.000 toneladas de polvo zodiacal; es curioso plantear el hecho de que, cayendo al ritmo actual, y si este material no se hubiera destruido, nuestro planeta estaría cubierto por una capa de polvo oscuro, de aproximadamente un metro de altura.

El conocimiento que la ciencia posee sobre el polvo zodiacal se ha estudiado del polvo depositado en los fondos oceánicos, en las nieves polares, en otros planetas, en el espacio interplanetario y, por supuesto, a través de su estudio óptico desde la Tierra o desde satélites.


Posicionamiento en el cielo de la Luz Zodiacal

La luz zodiacal es un fenómeno óptico debido a la dispersión de la luz solar, es decir, a la redistribución de la energía electromagnética de procedencia solar incidente en la materia micrometeoroidea que envuelve a los planetas. Hasta hace poco tiempo se pensaba que solo era detectable en la banda eclíptica, en la actualidad sabemos que es en todo el cielo. La luz zodiacal existente en elongaciones con respecto al Sol inferiores a 20º o en elongaciones próximas a 180º; ésta última se denomina luz antelial o GEGENSCHEIN y aparece en la bóveda celeste como una mancha luminosa muy débil, observable en el punto diametralmente opuesto al Sol, moviéndose a la misma velocidad aparente con la que se mueve el Sol en el cielo; su observación es muy difícil, casi únicamente accesible a perceptores muy experimentados.

La medición de la luz zodiacal ha sido y sigue siendo un problema para los astrónomos. La razón de ello estriba en el hecho de la practica imposibilidad de separarla totalmente de la luz estelar, de la luz galáctica y de la contaminación lumínica terrestre.

Por ello algunos consejos prácticos que podemos dar para poder observarla son:
- Observarla a latitudes galácticas mayores a 30º
- No observarla nunca en una dirección coincidente con algún núcleo urbano.
- Utilizar un instrumento óptico de pequeño campo, para excluir del mismo el mayor número de estrellas.

Tomado de: http://www.somyce.org/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=51. Autores: Luis de Manuel y Ángel J. Nicolás (Asociación Valencia de Astronomía)

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