The Rolling Stones Rock and Roll Circus es un especial hecho por The Rolling Stones para la televisión británica. Fue filmado entre el 11 y el 12 de diciembre de 1968 en el recinto Roundhouse de Lomdres, sin embargo nunca llego a emitirse.
Creado por Mick Jagger y Keith Richards, el programa se produjo como un espectáculo circense. La idea general del proyecto fue montar un espectáculo con acróbatas, payasos, malabaristas, equilibristas, enanos y tragadores de fuego compartiendo escenario con The Rolling Stones y un extraordinario set de músicos invitados como: Jethro Tull, The Who, John Lennon, Yoko Ono, Eric Clapton, Taj Mahal y Marianne Faithfull. Una de las actuaciones destacadas fue la de Dirty Mac, formado por Lennon (voz y guitarra), Richards (bajo), Clapton (guitarra) y Mitch Mitchell (batería), interpretando el tema Yer Blues de The Beatles.
A cada persona que ingresó al lugar de filmación se le entregó una capa de color brillante. La idea era generar una performance artística de vanguardia que incluyera tanto al público como a camarógrafos y técnicos, así como a artistas anónimos junto a estrellas consagradas a nivel mundial.
Como no fue transmitido en directo hubo tiempo de realizar varias tomas para cada canción, aunque mucha de la música que sonó aquel día quedó fuera de registro, ya que la mayoría de los ensayos no fueron grabados. El formato elegido hizo que el Rock and Roll Circus no fuera ni concierto, ni circo, ni programa de televisión, sino un documento registrado como disco y dvd que resulta imprescindible para cualquier fanático del rock and roll.
El orden del disco no corresponde a lo que realmente pasó en el Rock and Roll Circus pero está tan bien ordenado que da lo mismo. Todo inicia con una magistral introducción de Mick Jagger al presentar el Circo con un acento semi cantado y divertidamente británico. En seguida viene la clásica fanfarria de circo que suena al momento en el que todos los artistas salen a escena disfrazados con sicodélicos uniformes para saludar al público.
La música comienza con Jethro Tull y la fantástica A Song For Jeffrey. Aquí fue cuando algunos fanáticos de los Stones descubrieron a la banda de Ian Anderson y, probablemente, Jethro Tull debe la venta de muchos de sus discos a la canción que viene en The Rock and Roll Circus. La música llama la atención desde el primer flautazo y cuando entra la voz a prender la canción te comienza a crecer la barba y les salen puntas a tus orejas. Un tremendo comienzo que no queda sólo acá.
Keith Richards es el encargado de presentar a The Who. Lo hace con gorro de copa, fumando un puro y usando un parche de pirata en el ojo derecho. La introducción vocal de A Quick One While He’s Away es el temprano anuncio de que The Who viene decidido a robarse el protagonismo del circo. Es la pieza musical más elaborada del disco y uno de los mejores momentos. Pete Townshend, John Entwistle, Keith Moon y Roger Daltrey combinan música, puesta en escena, potencia, sonido y sentido del espectáculo en un nivel altísimo, tal como el pomposo nombre de “El Circo del Rock and Roll” amerita. A estas alturas puede que veas el listado de canciones preguntándote “¿no viene otra de The Who?” Lamentablemente, no.
La fanfarria circense que acompaña desde siempre al hombre de la cuerda floja musicaliza un show acrobático antes de que Taj Mahal salga a cantar. Aquí queda claro que estamos en diciembre de 1968 y que falta poco tiempo para Woodstock. Ain’t That A Lot Of Love es el perfecto retrato del rock cargado al blues de fines de los ‘60 antes llamarse rock clásico. ¡Qué solo de guitarra más cliché! Hoy en día, eso es lo que dan ganas de decir y resulta difícil obviar el paso del tiempo y darse cuenta que lo que suena por los parlantes alguna vez fue vanguardia y que, a diferencia de Jethro Tull o The Who, Taj Mahal toca un estilo de rock que fue absolutamente simbólico para la generación de las flores. Nada de esto logra, por cierto, opacar la actuación de Taj Mahal. Postre de sobra, música de esa que hace mover el pie, que deja la sensasión de ir avanzando. Ideal para caminar, pedalear o conducir.
Charlie Watts presenta a la entonces novia de Jagger como “The Beautiful Marianne Faithfull”, y la rubia canta Something Better, una tranquila melodía compuesta por Goffin & Mann que suena muy a la combinación Joan Baez v/s The Carpenters. Se trata del momento más relajado del álbum y funciona como una especie de puente entre el áspero rock del comienzo y el delirio que vendrá de la mano de John y Yoko. Estamos en la mitad de la producción, The Rolling Stones aún no tocan una nota y el álbum ya es todo un tesoro del rock and roll.
Una conversación de antología entre John Lennon y Mick Jagger precede la actuación de The Dirty Mac. Utilizando un recurso humorístico tan inglés como el té de las cinco, ellos simulan una absurda entrevista de Nigel (Jagger) a Winston Leg-Thigh (Lennon) quien viene a presentar a su supergrupo antes de salir a escena. El diálogo alcanza su clímax cuando Winston le revela a Nigel que en su banda tocará Keith Richards (“Dirty” dice Jagger en tono sarcástico) justo antes de ponerse de pie para regalarle un plato de arroz “en nombre del público británico” y subir al escenario. La secuencia es graciosa, aunque pudo ser mejor si es que Jagger hubiese podido mantener el personaje y resistirse las ganas de llamar “John” a Lennon.
John & Keith & Eric & Mitch llegaron a lo más alto que se puede llegar en el mundo del rock and roll y su combinación de nombres es tan poderosa como la de los propios Beatles y Stones. Cada uno de ellos alcanzó la gloria por separado y el Rock and Roll Circus fue la única vez que tocaron juntos. John Lennon (The Beatles) en voz y guitarra, Eric Clapton (Cream) como guitarrista principal, Mitch Mitchell (The Jimi Hendrix Experience) en batería y Keith Richards (The Rolling Stones) como sorpresivo bajista, se unieron para formar The Dirty Mac y contribuir a la humanidad con una fantástica versión de Yer Blues. La voz de Lennon tan punzante como en la versión del White Album. Clapton en una línea un poco más bluesera que Harison, Richards que no cede nada de protagonismo con el bajo y Mitch Mitchell validando lo buen baterista que era Ringo Starr con una secuencia de batería calcada a la original.
Si no repetiste Yer Blues viene el momento en que Yoko Ono y el violinista clásico Ivry Gitlis se unen al supergrupo para interpretar la surrealista Whole Lotta Yoko. Qué se puede decir de la música de Yoko Ono?; te gusta o la odias, te es adictiva o te es insoportable, pero inadvertida no pasa nunca. La provocación es tanto o más importante que el sonido para Ono, es una música que pretende generar reacciones fuertes y Whole Lotta Yoko no es la excepción. Suena como el maléfico canto de una bruja mientras sobrevuela tu cabeza en su escoba voladora. El hecho de que ésta sea la canción que antecede el acto de The Rolling Stones no es casual y se trata de otro acierto en la edición. El cambio entre esto y Jumping Jack Flash es lo suficientemente fuerte como para que te alegres enormemente de que los Stones hayan comenzado a tocar.
Es raro que la banda principal aparezca en el track 14 de un disco. Y cuando lo que vino antes ha sido tan bueno puede resultar peligroso. El truco de la edición ayudó y la breve introducción de Lennon deja claro que los Stones son el plato fuerte. “And now…” son sólo dos palabras pero quieren decir “ahora vienen unos maes que no necesitan presentación y que son lo que vinimos a ver”.
Muy buena versión de Jumping Jack Flash, con Richards y Jones volviendo locos a todo el mundo, aunque el bajo de Bill Wyman suena saturado a ratos. El bajista queda a mano con una buena performance en Parachute Woman, uno de los actos blueseros que se encontraban entre lo más fuerte del repertorio de los Stones a fines de los ‘60 (junto con Confessin’ The Blues que fue tocada en el Rock And Roll Circus cuando los equipos no estaban conectados. Imperdonable). Jagger termina la canción con una frase para el bronce “God Save The Queen… said The Queen” (”Dios salve a la reina… dijo la reina”). Extraordinarias las versiones de No Expectations y You Can’t Always Get What You Want. La voz de Mick sonando joven y fresca aún, el melancólico slide guitar de Brian Jones, muy bien Nicky Hopkins al piano, Richards tocando con la onda de siempre y Charlie Watts algo relegado en términos generales, pero apareciendo lo justo y necesario para que te fijes en sus golpes. “Oh baby, Oh baby” es lo único que atina a pronunciar Jagger luego de dimensionar la versión que se acaban de mandar.
La mítica presentación de Sympathy For The Devil recorrió el mundo en versión video mostrando a Mick Jagger interpretando al cola de flecha en una performance de trance total y locura colectiva de todos los que estaban presentes en el estudio televisivo (Lennon incluido). Es el track más famoso del disco y mucho tuvo que ver el acto de Jagger que se quita la camiseta y descubre las provocativas imágenes maléficas que lleva pintadas en el cuerpo. Una estruendosa ovación y el gran final con “one last goodnightly song” como Mick define a Salt of The Earth, que sería el final perfecto si no fuera por un par de acoples que suenan en el momento menos indicado.
Stones - Sympathy for the Devil (Circus'68)
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Mucha gente piensa que Stones y Beatles no se aguantaban y que la rivalidad entre ambas bandas era irreconciliable. No puede haber algo más alejado de la realidad. Un año antes de The Rock And Roll Circus había aparecido Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, en cuya carátula los Beatles decidieron incluir un homenaje a los Stones quienes eran sus amigos. La relación de Jagger y Lennon siempre fue buena a tal punto que Lennon, un supuesto “rival” de los Stones, aparece en la tapa de uno de sus mejores discos: éste.
En el siguiente enlace pueden observar el video.
