febrero 29, 2008

Cayo Julio César, a la conquista del mundo

(Tomado de imperioromano.com)
La ambición sin límites del líder romano le hizo desarrollar una intensa vida política y personal, así como amorosa. Excelente estratega y soldado, gran político o seductor empedernido. Mil caras de Cesar en una. Cayo Julio César nació el 13 de Quintilis (Julio) del 653 desde la fundación de Roma (100 a.C.) en el seno de una familia noble con pocos recursos económicos.

A los 16 años consiguió su primer nombramiento eclesiástico como flamen dialis o sacerdote de Júpiter, pero renunció a él porque le cerraba las puertas de la política. En su juventud, de regreso de un viaje a Rodas, es secuestrado por una banda de piratas, a los que se enfrenta para que pidan por él una cantidad de acuerdo a su dignidad. Los piratas exigen 50 talentos amenazando con crucificarle si no obtienen el dinero. Al ser liberado, César juró a los piratas que volvería para crucificarlos. Tras no conseguir justicia de la administración romana, reclutó a una flota con la que regresó al lugar de su presidio a cumplir su promesa. Desde entonces, a toda Roma le quedó claro que los deseos de César siempre acababan cumpliéndose.

También demostró su enorme personalidad cuando el tirano Sila le ordenó separarse de su esposa Cornelia, al contestar al mensajero encargado de transmitir el mensaje: “Dile a tu amo que en César sólo manda César”.

Para medrar políticamente se alistó en el ejército desplazado a Asia. Tras varias condecoraciones, consiguió el derecho a participar en el Senado. Su preocupación por la población romana le granjeó la desconfianza de las familias aristocráticas. Poco a poco fue subiendo en el escalafón y adquiriendo cargos que acentuaban su dignidad hasta que, en el año 59 a.C., alcanzó el consulado con el apoyo de Craso y Pompeyo. Entre los tres desarrollaron el Primer Triunvirato y dividieron el territorio en tres zonas.

A César le correspondió la Galia, donde inició una campaña de ocho años de duración que le llevó a pacificar todo el territorio entre el Rin y el Canal de la Mancha. Sin embargo, sus éxitos militares siguieron provocando la envidia de la aristocracia romana, a la que se unió Pompeyo tras la muerte de Craso. Esta situación provocó la destitución de César en el mando de la Galia, por lo que el 13 de enero del 49 a.C. sus tropas cruzan el Rubicón para conquistar Roma al grito de: “¡O César o nada!”, haciéndose con el poder.

En el ámbito privado, también fue un gran conquistador, tal como demuestra Adrian Goldsworthy en su biografía César (La Esfera de los Libros). Su romance con Servilia, madre de Bruto, será de los más permanentes en el tiempo. Pese a los rumores existentes, parece ser que César no fue su padre biológico. Su amante más famosa fue Cleopatra, la reina de Egipto, con quien tuvo un hijo que no fue reconocido formalmente.
Incluso las mujeres de sus socios políticos, Craso y Pompeyo, cayeron en sus brazos. También es probable que tuviera encuentros homosexuales. Entre las tropas romanas estaba muy extendida la historia de su relación con el viejo rey de Bitinia, Nicomedes, lo que hizo que sus oponentes le apodaran la reina de Bitinia. Al menos en una ocasión, ocupó el papel de marido engañado. En el año 63, en una ceremonia religiosa celebrada en su casa, un senador entró disfrazado para visitar a su segunda esposa, Pompeya. César se negó a testificar en el juicio contra el senador, ganando un aliado político, pero se divorció de su esposa.

En la mayor parte de las ocasiones, César obtuvo una alta rentabilidad política a su vida amorosa, pero se franqueó no pocas enemistades. Pese a ser nombrado “dictador perpetuo” sólo logró mantenerse en el poder hasta el año 44 a.C. cuando una conspiración urdida por sus enemigos acabó con su espléndida carrera y con su vida.
Via: publico.es

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